domingo, 31 de mayo de 2009

Si lo sé, no vengo...

Todos recordamos el programa de entretenimiento español de la década de los ochenta.
Su nombre fue una frase que se tornó recurrente cuando uno se veía en un baile que no le gustaba bailar.
Hoy la frase me vino como anillo al dedo, y por supuesto, de entretenimiento la jornada no tuvo absolutamente nada.
De vuelta a mi casa, fue lo primero que se me ocurrió decirle a mi Esposa: "SI LO SE, NO VENGO..."
No debería haber corrido esta carrera. Tenía una seguidilla de fechas en las que intervine, y a una semana de tomar el desafío de los 16 Km de la Salomón, bien me venía un descanso.
¿Qué me movió a correr igual? Esperaba disfrutar de una fiesta, la Maratón de Montevideo! Pero la fiesta no existió...
Seguí a amigos que hoy iban a correr, pero lo que pude ver fue caras de bronca, bronca y más bronca.
Puedo enumerar un montón de cosas que se hicieron mal. Nadie me las contó, las viví!!
Pero si las cuento me sentiría un idiota, porque nada de lo que me pasó fue acaso parecido a vivir un percance de salud y quedar 20 minutos tirado sin que ninguna asistencia médica me atienda. Y eso nadie me lo contó, todos los vimos!!
Después de eso me niego a hablar de los atrasos, de los baños, del agua, de las ambulancias, del recorrido, del tráfico, de las medallas, de que nadie me decía donde diablos tenía que terminar la carrera, ni nada más. Ya basta!!!!
Soy el primero en valorar y aplaudir a rabiar los esfuerzos que conlleva la organización de una carrera de calle. Pero lo de hoy fue indefendible.
Y no quiero hablar más porque invito a que lean cualquier pizarra de las páginas de corredores o cualquier crónica de todos los amigos del atletismo de calle. Ya está todo escrito y bien escrito. Comparto todo...
Organizar carreras de calle es hermoso. Lo sé por experiencia. Pero el esfuerzo que lleva es inmenso. Para hacerlo, hay que saber que exige muchas noches de trabajo sin dormir. Pero el premio llega solo: es dormir tranquilo la noche cuando todo pasó...

Federico Busquets
Invasores


P.D.: Un abrazo a Marco y su despliegue de hoy, compañero de ruta de Invasores. A la Profe Andrea López y los amigos del Gimnasio Jandi de Malvín, que corrieron esta mañana. A Ana y Carlos de Halcones, cuyo aliento al costado de la ruta me dejaron erizado de emoción. A los corredores que no los frena ni la peor de las piedras que nos ponen en el camino. A los acompañantes a pie o en bicicleta, que hoy se pusieron la carrera al hombro. Y por supuesto a Marita, porque sólo el amor puede mover a alguien a no dejarte nunca solo.
Hasta la próxima...